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Todo el mundo sabe que la comida rápida es mala para la salud, pero también es mala para la llamada moda rápida. La moda rápida, el método que utilizan las grandes cadenas de moda para que los ciudadanos compren ropa nueva y barata, es costoso para la calidad de vida del planeta. Ya se sabe que la producción causa contaminación ambiental, pero el rechazo también amenaza a la naturaleza. En el desierto de Atacama en Chile, de unos mil kilómetros de longitud, se están creando basureros ilegales llenos de ropa desechada de Europa y Estados Unidos. Los artículos de moda que van desde ropa interior hasta botas de esquí se envían a Chile y se venden como ropa de segunda mano en América del Sur. Pero ahora quedan casi 40.000 toneladas en la basura. France 24 muestra cómo los refugiados de Venezuela deambulan con la esperanza de encontrar algo útil. Mientras tanto, un bebé gatea por la tierra.
La ropa de plástico tarda unos 200 años en descomponerse y ese proceso está asociado con la contaminación de las aguas subterráneas. Los pioneros locales están tratando de reciclar la ropa para prevenir la contaminación ambiental.